Terceira, un lugar mágico en medio del Atlántico

Un destino en el que el verde y el azul característicos del archipiélago se entremezclan con los colores de sus “imperios”, palacios, iglesias y fortalezas.

Terceira 0

Desde el mismo momento en que ponemos pie en la isla nos invade esa mezcla de presente y pasado que le da fama, un pasado marcado por los galeones que llegaban a puerto cargados de especias de Oriente y de oro y plata de las Américas, el mismo que se respira en el interior de iglesias revestidas de oro centelleante y en esas calles rectilíneas que nos trasladan al ambiente de los siglos XVI y XVII.

Nos han hablado de sus muchas bellezas naturales, del encanto de sus pintorescas poblaciones, de las tradiciones que aún se conservan y del animado ambiente de sus fiestas, así que no nos queda más que empezar a descubrirlo todo.

Descubriendo la isla

Comenzamos nuestro viaje desde el sur, donde está la capital: Angra do Heroísmo.  Se trata de la primera ciudad europea nacida en el Atlántico, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco gracias a las calles de su centro histórico renacentista, mezcla de arquitectura portuguesa, brasileña, inglesa y americana, y a sus iglesias, palacios  y museos.

angra do heroismo
Angra do Heroísmo.

 

En esta ciudad cargada de historia y monumentos merecen atención las bonitas casas de arquitectura tradicional, la catedral, el Museo de Angra, las iglesias del siglo XVII de Colegio dos Jesuitas, Sâo Gonçalo y Nossa Senhora da Conceiçâo y las del siglo XVIII de Misericordia y de Nossa Senhora de Guia, así como los palacios de Bettencourt y de los Capitanes Generales. Tampoco hay que dejar de visitar el Castillo de São João Baptista y el de São Sebastião, que durante siglos ha guardado la costa de la isla. Igual de interesantes son sus espacios naturales, como el central Jardín Duque de Terceira o el apacible Parque Municipal de Relvão. Todo ello está enmarcado por una pequeña pero hermosa bahía dominada por las laderas del Monte de Brasil, desde cuyos miradores (el de Pico das Cruzinhas o el de Pico de Facho) se divisan las vistas más bellas del puerto y de la ciudad.

Próxima a la capital está São Mateus da Calheta, una parroquia que ha sabido conservar sus tradiciones de pueblo pesquero. Durante años fue objeto de ataques por parte de piratas, de ahí que se levantaran varios fuertes protectores, como los de Maré, la Má Ferramenta, el Fuerte Grande, el de Biscoitinho, el de Terreiro, el de Barreiro, el de Igreja y el famoso Fuerte de Negrito. Hoy día la gran mayoría de ellos ha desaparecido o está en ruinas.Sin embargo, sí pueden apreciarse muchas de sus estructuras religiosas, entre las que destacan iglesias como la Parroquial de São Mateus y ermitas como las de Nossa Senhora da Candelária, São Tomás da Vila Nova, Nossa Senhora das Mercês, Santo António dos Milagres, São João Baptista, São Diogo y São Vicente o la de Nossa Senhora da Luz.

sao mateus da calheta
São Mateus da Calheta.

 

En esta ciudad cargada de historia y monumentos merecen atención las bonitas casas de arquitectura tradicional, la catedral, el Museo de Angra, las iglesias del siglo XVII de Colegio dos Jesuitas, Sâo Gonçalo y Nossa Senhora da Conceiçâo y las del siglo XVIII de Misericordia y de Nossa Senhora de Guia, así como los palacios de Bettencourt y de los Capitanes Generales. Tampoco hay que dejar de visitar el Castillo de São João Baptista y el de São Sebastião, que durante siglos ha guardado la costa de la isla. Igual de interesantes son sus espacios naturales, como el central Jardín Duque de Terceira o el apacible Parque Municipal de Relvão. Todo ello está enmarcado por una pequeña pero hermosa bahía dominada por las laderas del Monte de Brasil, desde cuyos miradores (el de Pico das Cruzinhas o el de Pico de Facho) se divisan las vistas más bellas del puerto y de la ciudad.

Próxima a la capital está São Mateus da Calheta, una parroquia que ha sabido conservar sus tradiciones de pueblo pesquero. Durante años fue objeto de ataques por parte de piratas, de ahí que se levantaran varios fuertes protectores, como los de Maré, la Má Ferramenta, el Fuerte Grande, el de Biscoitinho, el de Terreiro, el de Barreiro, el de Igreja y el famoso Fuerte de Negrito. Hoy día la gran mayoría de ellos ha desaparecido o está en ruinas.Sin embargo, sí pueden apreciarse muchas de sus estructuras religiosas, entre las que destacan iglesias como la Parroquial de São Mateus y ermitas como las de Nossa Senhora da Candelária, São Tomás da Vila Nova, Nossa Senhora das Mercês, Santo António dos Milagres, São João Baptista, São Diogo y São Vicente o la de Nossa Senhora da Luz.

Ponemos rumbo a la parte este de la isla, dominada por una gran meseta volcánica y la cordillera Serra do Cume, cuyas laderas descienden suavemente hacia la costa componiendo un mosaico compuesto de pequeñas granjas, muretes de piedra y campos de ganado. Nos detenemos en São Sebastião para admirar la bonita Iglesia Matriz de São Sebastião, famosa por sus portales manuelinos y por sus frescos, y los muchos fuertes y fortines construidos como arma defensiva. También hay bonitas ermitas y agradables zonas estivales, como las de Salga y Salgueiros.

sao sebastiao
São Sebastião.

 

En esta misma costa está Praia da Vitória, la segunda ciudad en importancia de Terceira. Al igual que la capital, es una ciudad rica en historia y tradiciones, por eso no hay nada como pasear por su centro histórico para descubrir  su arquitectura típica y sus monumentos. Por sus calles tradicionales y empedradas nos encontramos con la bella Iglesia Matrica del siglo XV, la bella Iglesia del Señor Santo Cristo, las ermitas de Nossa Senhora dos Remédios, de São Salvador y de São Lázaro, el bonito edificio de los Pazos del Ayuntamiento o la interesante Casa de la Aduana. La Serra do Cume, que rodea la ciudad, regala estupendas vistas que pueden admirarse desde el Mirador de Facho.

praia da vitoria
Praia da Vitória.

 

Seguimos bordeando la costa y llegamos a Lajes, localidad de gran tradición agrícola muy famosa por su base aérea. Además de su patrimonio religioso, llaman la atención sus fuentes y su Caldeira, uno de los puntos de más interés de la zona.

Y desde aquí al interior, tan importante como la costa, con un paisaje agreste y ondulado ideal para hacer excursiones en busca de áridas tierras volcánicas, picos, lagos y cráteres extintos. Precisamente aquí, en el corazón de la isla, está el mayor cráter de todo el archipiélago de las Azores, la Caldeira de Guilherme Moniz, de 15 km de diámetro. Y también en el centro está elAlgar do Carvão, formado por grutas de cerca de 100 metros de profundidad en  cuyo interior se han formado  estalactitas y estalagmitas. La Gruta de Natal, también conocida como Galería Negra o Gruta do Cavalo, es otro importante legado geológico situado en la misma zona, concretamente en los límites de la Reserva Forestal Natural de la Sierra de Santa Bárbara, frente al bonito Lago de Negro. Se trata de una extensa formación geológica compuesta por lavas fluidas, hoy solidificadas, que corrieron en diferentes direcciones, formando varios túneles y ramificaciones dignos de ver.

Desde la zona central podemos dirigirnos a la parte norte,concretamente a la parroquia de Biscoitos. De nuevo nos encontramos con una localidad de gran belleza natural y con una pintoresca arquitectura típica, bendecida además con unas maravillosas piscinas naturales abiertas en la lava de antiguas erupciones volcánicas y una rica herencia vinícola cuyo fruto es el famoso vino Verdelho de Azores, del que se dice que ya era consumido por los navegantes en la época de los descubrimientos portugueses. Para saber más de esa tradición vinícola hay que visitar el interesante Museo de Vino, que alberga una sala dedica a la Etnografia de la región, la Bodega del vino Verdelho, la destilería, una sala de pruebas y una sala de embotellamiento, entre otras zonas. Tampoco está de más echar un vistazo a las «curraletas», muros levantados en piedra basilar para proteger las viñas de las intemperies que se han convertido en importantes legados patrimoniales.

Museo de Vino de Biscoitos

Altares, en el extremo noroeste, es otro encantador enclave que merece una parada, entre otras razones porque está considerada de las más antiguas poblaciones de la isla. Sus paisajes combinan tierra y mar, y posee varios puntos de interés natural dignos de visitar, como la Zona Forestal del Cerro das Cales, el Cerro da Ribeira dos Gatos o las idílicas Lagunas de Negro y de Cerro. Y completamos la vuelta a la isla en la bucólica costa occidental. Aquí están las parroquias de Serreta,  famosa por la gran peregrinación de la Senhora dos Milagres, que se celebra el segundo domingo de Septiembre, y Doze Ribeiras. Desde ambas localidades se divisan bonitas vistas de la Sierra de Santa Bárbara y de la costa, destacando especialmente puntos como Ponta do Queimado y su Farol, el Mirador de Serreta y el Pico de Serreta.

Disfrutar la isla 

Terceira no es solo historia y monumentos, también es una isla perfecta para practicar  vela, submarinismo, surf, golf…; para respirar aire puro con caminatas por sierras y valles; para dar paseos a caballo que nos llevan hasta lugares escondidos de naturaleza palpitante, repleta de flores y vegetación; para recorrer largas galerías volcánicas, visitar viejos cráteres o practicar montañismo y parapente; para disfrutar de relajantes travesías en barco que nos descubren la belleza del litoral vista desde el mar…

Y Terceira también es fiesta. En mayo empiezan las tradicionales Fiestas del “Espírito Santo”, con la ceremonia de la coronación del “imperador”, seguida de un banquete donde se come y bebe en abundancia; más coloridas son las “Festas Sanjoaninas”; y las más populares son las “touradas a corda”, una especie de toreo que tiene lugar en plena calle y en el que cualquiera puede participar.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario