Ruta Exprés por Corea del Sur

El país asiático nos deleita con una infinidad de paisajes de lo más pintorescos, desde jardines y parques ancestrales cargados de tradición hasta elitistas construcciones que compiten por la modernidad. ¿Nos acompañas? ¡El viaje será de dos días por ciudad!

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Por: Alicia Nieto & Enrique de Cos

 

2 días en Busan

Busan fue la primera ciudad coreana que descubrí en mi ruta de 10 días por Corea del Sur y a la que quizá debería haberle dedicado dos días para no ir con tanta prisa.

Templo Haedong Yonggungsa: templo totalmente diferente a otros vistos por Asia. Madruga un montón e intenta llegar el primero. Para llegar (desde la estación central de Busan) tendrás que coger el autobús 1001/1003 y luego el 100; tardarás en torno a una hora y media en llegar.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Trekking del Igidae Coastal Walk: unos 4Km que recorren la costa del parque natural de Igidae a través de largos pasadizos y escaleras que suben y bajan. Podrás ver el skyline completo de la ciudad, una naturaleza digna de Corea y un montón de acantilados y zonas rocosas que se pelean con el mar.Puedes hacerlo en los dos sentidos, pero te recomiendo que empieces en el lado del puente Gwangandaegyo para después visitar el Oryukdo Skywal.

Oryukdo Skywalk: pasa un poco de vértigo en un mirador de cristal bajo tus pies y sobre un acantilado de 30m de altura.

Gamcheon Culture Village: un barrio reconvertido en una obra de arte; con un montón de arte callejero, exposiciones y tiendas de arte, figuras y murales…

Azotea del Lotte Mart: mejores vistas que desde la Busan Tower, ¡y encima gratis! Podrás ver el puerto industrial, la zona del mercado de Jagalchi, el parque Yongdusan y un montón de cosas más. Hay prismáticos gratuitos en la terraza superior.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Los ‘bichos marinos’ en Jagalchi Market: inmenso mercado interior lleno de todo tipo de animales marinos vivos: anguilas, centollos gigantes, bogavantes, langostas e infinidad de moluscos y peces de todos los tamaños y colores.

Apuesta ‘gratis’ en el Paradise Casino: por ser turista puedes entrar gratis, te regalan 30.000 wons en fichas para que apuestes, pudiendo cobrar sólo lo que ganes (a partir de 30.000, vaya). Y por si te parece poco, ¡comida y bebida gratis mientras juegas!

 

2 días en Gyeongju

Gyeongju tiene algo que le hace ser especial. Es la ciudad más antigua de Corea y fue la capital del antiguo reino de Silla (que empezó allá por el 57 a.C. y duró hasta el siglo X). Por ello, mucha gente la conoce como “el museo sin paredes”. Yo te recomiendo llegar aquí en autobús, ya que es más barato y no tarda mucho más que el tren.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Tumbas del Daereungwon Tombs Park: tumbas con forma de montículos de hierba perfecta que se encuentran a lo largo y ancho de la ciudad.

Pueblo Gyochon (Gyeongju Hyanggyo): un ejemplo de cómo se vivía en el reino de Silla. En el Museo Nacional podrás ver maquetas de las dimensiones totales de la época.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Puente Woljeonggyo: construido en el año 760; de ahí que sea el puente más antiguo de todo Corea del Sur.

Cheomseongdae: observatorio astronómico más antiguo del este de Asia (y una de las instalaciones científicas más antiguas de la tierra), que se construyó con exactamente 362 piedras (representando los 362 días del año lunar) y que se construyó entre el año 632 y 647.

Anapji Pond: pequeño complejo en el que se encuentra un estanque artificial (construido por el rey Munmu en el año 634) junto a los restos arquitectónicos del palacio Banwolseong; todo marcado por un sendero lleno de árboles y una naturaleza bastante cuidada.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Seongdong Market: mercado diurno en el que podrás encontrar desde pescado fresco y calamares gigantes hasta unas zapatillas de estar por casa o un paraguas.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Templo Bulguksa: gigantesco templo budista -súper bien conservado- que fue terminado en el año 774 por la corte real del imperio de Silla. Pasea por sus patios y altares, y disfruta de sus estatuas y pagodas (Dabotap y Seokgatap).

 Corea del Sur
© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Gruta Seokguram: un paseo de 5 minutos por el bosque para llegar a un hueco en la tierra donde está el famoso buda tallado.

4 días en Seúl

Qué hacer en Seúl no era una cosa que me preocupase, ya que tenía bien claras mis prioridades; visitar la tensa DMZ (la frontera con Corea del Norte) y descubrir el centro de la ciudad.

Gigantescos palacios: son cuatro los principales, aunque sólo visité los dos mejor valorados; el Gyeongbokgung Palace y el Ch’angdokkung. En algunos palacios encontrarás estudiantes que se ofrecen a hacerte un tour gratuito. Para ellos es una actividad escolar en la que mejorar su inglés.

 Corea del Sur
© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Bukchon Hanok Village: pequeño barrio situado en una colina entre los dos palacios principales. Lleno de arte callejero y con unas vistas geniales del centro de la ciudad y la Seoul Tower.

Barrio Bukchon Hanok Village © Alicia Nieto & Enrique de Cos

Subir al Namsan Park y ver la Seoul Tower: unos 500m hasta llegar al mirador. Hay un teleférico por unos 8€ para subir a la torre. Sea como sea las vistas desde el mirador ya eran bastante buenas, ¡pero subir o no es cosa tuya!

 Corea del Sur
© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Namdaemun Market: gigantesco mercado que abre prácticamente las 24h en el que comprar de todo (incluyendo los famosos gusanos de seda). Hay una parte interior subterránea algo más difícil de encontrar, ¡tendrás que echar un buen rato si quieres recorrerlo entero!

Barbacoa coreana: tiene mil opciones diferentes, aunque la principal y más famosa es la de cerdo. En casi cualquier restaurante de este tipo te ponen una pequeña plancha donde tú mismo cocinas. Junto a la carne, un montón de acompañamientos: el famoso kimchi coreano, lechuga, ajos, sal, salsa de soja, cebolla, etc. Una forma tradicional de comérselo es poniendo un pedazo de carne sobre la hoja de lechuga, añadir kimchi y alguna cosa más, cerrarlo y… ¡a la boca!

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Jjimjilbang: una de las mejores experiencias: «la sauna coreana».

Karaokes y urbanitas: gracias a un grupo de chicas que conocí a través de Couchsurfing tuve la oportunidad de experimentar esta tradicional costumbre entre jóvenes (y no tan jóvenes) coreanos. El karaoke suele funcionar alquilando una sala por un tiempo en la que tendrás privacidad, unos cuantos miles de vatios para pegar gritos, y cervezas y snaks para acompañarlo.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

La frontera DMZ: se trata de la zona desmilitarizada entre las dos Coreas; historia, cultura y mucha tensión en el ambiente. Este lugar no es una broma y tienen sus normas que debes cumplir si no quieres meterte en problemas. Primero, visitarlo por libre es 100% imposible y deberás ir con una agencia. Es totalmente obligatorio llevar el pasaporte en todo momento, ya que si visitas la JSA te lo pedirán al menos, tres veces. En segundo lugar, tienen varias reglas en cuanto a la vestimenta; nada de chanclas, pantalones rasgados o rotos, etc. Los norcoreanos utilizaron fotos de turistas para vender lo “pobres” que son en Corea del Sur. Y, en tercer lugar, ¡mucho cuidado con las fotos! Procura hacer fotos únicamente cuando el guía te lo indique.

Aquí podrás ver el tercer túnel: hasta el momento se han descubierto cuatro túneles excavados por Corea del Norte y atravesando la frontera de Corea del Sur (aunque se creen que son más y que aún no se han descubierto). La visita consiste en un descenso de 358 metros por un túnel artificial que da acceso al tercer túnel (el original), el cual se encuentra a 73 metros bajo tierra y alcanza una longitud total de 1,64Km. En el Dora Observatory puedes ver y cotillear la parte “visible” de Corea del Norte. Fácilmente se puede ver el famoso “propaganda village” (así lo llaman los surcoreanos), un pueblo fantasma que se creó con la única intención de demostrar que en Corea del Norte había prosperidad y todo iba genial. También se puede ver la gigantesca bandera norcoreana que ondea sobre un altísimo poste, zonas militares, puestos de vigilancia y algún que otro pueblo habitado.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Imjingak Park: pequeño parque que reúne diferentes monumentos y símbolos de la separación de las dos Coreas. Entre otras cosas te encontrarás un altar en el que muchos surcoreanos van a rezar por sus familiares perdidos durante la guerra, una locomotora agujereada por las balas perteneciente a la guerra, una vaya fronteriza llena de lazos de colores en representación a la lucha, una “campana de la paz” como símbolo de la búsqueda de la unificación, un mirador para observar todo el parque junto al puente de la libertad y hasta un monumento en forma de colección de piedras recogidas en lugares bélicos.

© Alicia Nieto & Enrique de Cos

Entradas relacionadas

Deja tu comentario