Gran Bretaña ha sido castigada por querer salirse de la Unión Europea.

Pocas cosas tienen peor imagen que el Brexit. Gran Bretaña ha sido crucificada por querer salirse de la Unión Europea. Sin embargo, algunas cosas no están tan mal.

Gran Bretaña
© Freepik

Apenas unos días con su propia legislación y lo primero que ha hecho es exigirle a Ryanair que para volar en su país utilice tripulantes residentes del país, con las condiciones laborales del país, y no el método del wet-lease (alquiler con tripulación y todo) de otros países, generalmente paraísos fiscales.

Esto, amigos, no sólo ocurre con Ryanair. Todo el mundo se queja de que Amazon o Starbucks o Google no paguen impuestos en cada uno de los países en los que opera y sí lo haga en otro, de baja fiscalidad, generalmente Irlanda, a veces Holanda. Pues esto es lo que no volverá a suceder en Gran Bretaña con estas empresas que ahora deberán tributar en el propio país por el negocio que tengan allí.

En el caso que nos afecta, tenía su gracia que Ryanair se haya pasado años esperando que fuera el grupo IAG el que sufriera las consecuencias del Brexit –que  las sufrirá, desde luego– cuando la priemera que ha tenido que suspender vuelos por no disponer de plantilla en condiciones ha sido ella.

Ryanair no tiene muchas rutas interiores en Gran Bretaña. Apenas vuela entre Irlanda del Norte y Escocia con Stansted. Compite en estas rutas sobre todo con Easyjet, que es la líder desde su nacimiento. Pero en esas rutas ha de operar con Ryanair UK, la filial que creó ex-profeso, porque su licencia antes era irlandesa. Pero lo hacía con toda la flota, excepto un avión, en régimen de wet-lease.

 

Apenas unos días con su propia legislación y lo primero que ha hecho es exigirle a Ryanair que para volar en su país utilice tripulantes residentes del país, con las condiciones laborales del país, y no el método del wet-lease (alquiler con tripulación y todo) de otros países, generalmente paraísos fiscales.

Esto, amigos, no sólo ocurre con Ryanair. Todo el mundo se queja de que Amazon o Starbucks o Google no paguen impuestos en cada uno de los países en los que opera y sí lo haga en otro, de baja fiscalidad, generalmente Irlanda, a veces Holanda. Pues esto es lo que no volverá a suceder en Gran Bretaña con estas empresas que ahora deberán tributar en el propio país por el negocio que tengan allí.

En el caso que nos afecta, tenía su gracia que Ryanair se haya pasado años esperando que fuera el grupo IAG el que sufriera las consecuencias del Brexit –que  las sufrirá, desde luego– cuando la priemera que ha tenido que suspender vuelos por no disponer de plantilla en condiciones ha sido ella.

Apenas vuela entre Irlanda del Norte y Escocia con Stansted. Compite en estas rutas sobre todo con Easyjet, que es la líder desde su nacimiento. Pero en esas rutas ha de operar con Ryanair UK, la filial que creó ex-profeso, porque su licencia antes era irlandesa. Pero lo hacía con toda la flota, excepto un avión, en régimen de wet-lease.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario