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Enrique Sancho*
Pongamos que hoy es el día 1 después de que la crisis del coronavirus haya pasado. Atrás quedan –ni olvido ni perdón– la incompetencia de ministros y expertos ¿expertos?, los soliloquios autocomplacientes del presidente, las burlas por las compras tardías y defectuosas, las improvisaciones, las censuras… Tiempo habrá de exigir responsabilidades políticas y tal vez de otro tipo. Atrás quedan, también, aunque esas permanecerán mucho tiempo en nuestro corazón, los aplausos a las ocho de la tarde, el revival de «Resistiré», los actos heroicos de tantos, la solidaridad de casi todos, la generosidad de muchos… Atrás quedan, aunque no olvidados, las decenas de miles de muertos, las familias destrozadas, los trabajadores parados, los negocios arruinados, las ilusiones perdidas…
Y en estos meses de confinamiento, donde abundan las malas noticias, se descubren cosas curiosas. Unas positivas, como el retorno a las playas de la India, libre de humanos (con 1.300 millones de personas en cuarentena) de la tortuga olivácea o golfina para desovar sin peligro más de 60 millones de huevos o la liberación a su hábitat natural de 78 elefantes en Chiang Mai (Tailandia), que eran utilizados para pasear a los turistas. Otras muy negativas, como la decisión del gobierno de Turkmenistán en Asia Central, de prohibir usar el término coronavirus y el uso de mascarillas por la población, que será condenado con severas multas.
Pero pongamos que hoy es el día 1 tras la crisis y que ya podemos abrazar a la familia, encontrarnos con los amigos, volver al trabajo, dar un paseo por el parque, redescubrir nuestra ciudad. Y también que volvemos a planificar viajes, con muchas más ganas que antes, con precaución pero sin miedo. Que volvemos a querer redescubrir paisajes y ciudades llenas de gente, visitar museos no virtuales, recuperar todo lo bello que el mundo ofrece y que durante varios meses nos ha sido negado.
Estamos en ese día 1 y qué podemos esperar. Los expertos –éstos sí son de fiar– se inclinan por dos tendencias contradictorias. Unos creen que el turismo se recuperará rápidamente y los viajeros volverán a hacerlo con avidez, aprovechando los precios bajos de avión, cruceros, hoteles y la mayor flexibilidad en las reservas. Un nuevo mundo va a nacer una vez vencido el coronavirus. Y también un nuevo turismo, con virtudes humanas que hoy ya se aprecian y que alientan el optimismo. Otros opinan justo lo contrario, el sector será de los últimos en recuperarse. Los primeros dicen que la pandemia mundial del coronavirus solo fortalecerá el sector y atraerá a más personas a viajar cuando la crisis termine, que se mejorará el interés por viajar que ayudará a que las aerolíneas, líneas de cruceros, hoteles y restaurantes cobren vida.
Otros expertos, y éstos son muy creíbles ya que representan a las principales empresas del sector, los portavoces de Exceltur, asociación formada por 28 de las más relevantes empresas de toda la cadena de valor turística: transporte aéreo, ferroviario, marítimo y terrestre, alojamiento, agencias de viajes y tour operadores, medios de pago, alquiler de coches, hospitales turísticos y centrales de reservas/GDS, opinan que «el sector turístico fue el primero en caer y será el último en recuperarse». Según el vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda, «el enemigo del sector turístico no es sólo el virus que tiene toda la actividad cerrada, sino también el miedo ya que, cuando puedan volver a abrir, habrá un factor miedo a viajar que es letal para un sector tan hipersensible con la inseguridad».
También un experto, el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, mezcla la triste realidad con un mensaje de esperanza: «El turismo es el sector más golpeado por el Covid-19. Debemos dar una respuesta firme y unida, y debemos además incorporar la innovación». El sector turístico tuvo una década ininterrumpida de crecimiento exponencial, que en 2019 fue del 4%, movilizando 1.500 millones de turistas, y representó el 7% de las exportaciones globales, ocupando uno de cada diez empleos en todo el mundo. La crisis originada por el Covid-19 impactará en la caída de 75 millones de empleos y pérdidas para la economía global de más de 2,1 billones de dólares, de acuerdo a un estudio difundido por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. «La pandemia mundial del coronavirus –indica Pololikashvili– es un desafío que debemos hacer frente juntos, y nuestra respuesta debe ser calmada, consistente y colectiva. El turismo estará ahí para ayudar a que las personas y comunidades se recuperen de esta difícil situación».
Al miedo al virus, que permanecerá durante meses, a alejarse de casa y de los nuestros, al uso de transportes de turismo colectivo, se une el problema económico que afecta a la mayoría de la población, a unos más que a otros.
Dónde ir y cuando
No es fácil predecir qué destinos se recuperarán antes y dónde viajarán los turistas en los próximos meses. Casi todos coinciden en que el verano está prácticamente perdido y que hasta septiembre o más tarde no se recuperará una relativa normalidad, algunos creen que incluso 2021 se resentirá. Veremos…
Lo que parece claro es que los viajes crecerán de forma paulatina, entre otras cosas porque no todos los países superarán la crisis a la vez. Lo más probable es que los desplazamientos comiencen por los destinos más cercanos. España tiene mucho que ofrecer y los viajeros españoles, que ya en su mayor parte (un 89% el año pasado) eligen destinos dentro del país para sus viajes, lo harán en mayor grado este año. Viajes cercanos, la mayoría en el propio coche (y no está de más recordar ahora, entre las terribles cifras de la pandemia, que cada día mueren 3.500 personas en accidente de circulación; cada día: 1,3 millones al año) para seguir evitando aglomeraciones y tener asegurado el regreso en caso de recaída, espacios naturales y solitarios y playas sin mucha gente serán los elegidos. Los lugares más cálidos también se verán favorecidos ya que se supone que el virus no se reproduce con facilidad con el calor. Estos viajes comenzarán, probablemente y si todo va bien, en junio, aumentarán progresivamente en verano y se consolidarán en septiembre, será entonces el momento de la recuperación de Canarias.
Los viajes al extranjero tardarán un poco más, seguramente a final de año. Si Europa se ve libre del virus en los próximos meses, serán los países cercanos los primeros en recibir viajeros españoles: Portugal, Francia, Italia, Grecia… Los viajes corporativos y de trabajo, por su parte, empezarán a remontar el vuelo en noviembre. Por las mismas fechas también se reanudará la celebración de los eventos, congresos y ferias que se han aplazado por la crisis sanitaria, si bien sus organizadores se verán obligados a adoptar multitud de medidas para garantizar la seguridad de los participantes. A lo largo de las últimas décadas diversas crisis han azotado la economía mundial: alertas sanitarias, atentados, desplomes financieros… y de todas ellas el sector de viajes de negocios no solo ha sabido recuperarse, sino que ha resurgido siempre al alza.
Los destinos más lejanos habrá que dejarlos para el próximo año. No será fácil que un turista se anime a estar una decena de horas dentro de un avión, con otros doscientos pasajeros y eso que los destinos más cálidos resisten mejor al virus y que muchos de esos países no se han visto excesivamente afectados por la crisis. Lamentablemente los mayores de 60 años, una vez más, serán los que más dificultades tengan para viajar y puede que algunos destinos o establecimientos hoteleros establezcan restricciones por ser población de riesgo.
Solidaridad también para decidir el destino
Aunque en la decisión de los lugares a los que viajar cuando pase la crisis hay mucho de personal, también debe seguir habiendo bastante de esa solidaridad que hemos exhibido en los meses de confinamiento. Los viajeros, y de modo especial los periodistas especializados en turismo y viajes, debemos aportar nuestro grano de arena a que los destinos que más han sufrido y que más necesitan recuperarse, lo hagan cuanto antes. Por eso, aquí indicamos algunas ideas que deben hacernos reflexionar al planificar nuestro próximo viaje. Ojalá se conviertan en tendencia:
Redescubrir las bellezas de España.
Sin duda los primeros viajes serán a lugares cercanos, y nada más cerca que España. Es el tiempo de recorrer con calma algunos de los 15 parques nacionales o los más de 130 parques naturales, admirar los 48 sitios declarados Patrimonio de la Humanidad y el cerca del centenar de catedrales de todos los estilos, los 60 pueblos que han conseguido la calificación como los «más bonitos de España» o detenerse en cualquier lugar de los casi 8.000 kilómetros de costa, con playas maravillosas… Y así, mucho más
Alojarse en casas rurales.
Han padecido mucho la crisis porque tienen pocos recursos, pero son el lugar ideal para una primera escapada: espacios libres, pocos huéspedes, proximidad, facilidades y buenos precios.
Hoteles que han mostrado su mejor cara.
Si hay que elegir un buen alojamiento, especialmente en las ciudades, vale la pena reconocer el mérito de algunos que han sido los primeros en ofrecer sus espacios para acoger enfermos del virus, los llamados «Arca de Noé». España cuenta con 14.818 establecimientos que reúnen más de 1,5 millones de camas, de ellos se consideran como de servicio esencial 370 hoteles y alojamientos turísticos para que presten servicio a trabajadores fundamentales. Sólo en la Comunidad de Madrid se han habilitado más de 50 hoteles con más de 10.000 plazas para atender a pacientes afectados por el coronavirus. Entre los primeros, el Ayre Gran Colón, el Marriot Auditorium, el Miguel Ángel y los de la cadena Room Mate del empresario Kike Sarasola. Pero hay muchos más y es el momento de devolverles el favor y mostrar nuestra solidaridad.
Disfrutar otra vez de Paradores.
Esta red única de alojamientos que no solo ofrece confort, sino también, en general, espacios únicos dentro de monumentos emblemáticos que hay que conservar y aprovechar, fue de las primeras en cerrar sus puertas y ofrecer sus habitaciones para la sanidad. Hay que volver a ellos y disfrutar de su entorno y magnífico servicio.
Buscar destinos vírgenes.
Aunque esta pandemia ha afectado a casi todos, hay lugares que se han visto libres, como las islas españolas de Tabarca, frente a Alicante o Graciosa en Canarias o la portuguesa de Corvo, la más occidental de las Azores. También, por ejemplo, el pueblo fortaleza y uno de los más bonitos de España, Zahara de la Sierra (Cádiz). Seguramente hay algunos más en esta España vacía o vaciada. Claro que estos lugares se han visto libres del virus por estar aislados y no es cuestión ahora de llenarlos de turistas. Hay que visitarlos, pero con calma.
Volver a saborear Italia.
Es el país europeo, junto con España, que más ha padecido la epidemia y debería ser uno de los primeros en que vuelvan los turistas. Algunas de sus más bellas ciudades, como Venecia, Milán y Turín, todas en el norte del país, han sido las que más han sufrido y es justo que sean las primeras en recuperarse.
Y también el resto de Europa.
Por lógica, y por cercanía los otros países europeos serán los primeros en recibir turistas españoles. Algunos han sufrido a Covid-19 en primera persona, como Francia, Alemania, Reino Unido, Bélgica y Holanda con miles de muertos cada uno. Otros han tenido mejor suerte, como Suiza, Austria, Portugal, los países nórdicos, Chequia, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia o Grecia. Unos y otros merecen la visita de los viajeros, ellos también ayudarán a que el turismo en España se recupere cuanto antes. Ver en este enlace de la Universidad Johns Hopkins la actualización de los casos en todos los países.
El resto del mundo.
Salvo Estados Unidos, China e Irán, aparentemente en el resto de los países del mundo la pandemia está presente, pero con menor intensidad. Sin embargo también han sido los últimos en infectarse, los sistemas sanitarios no son tan buenos y puede que el problema dure más tiempo. Hay que dejarlos para más adelante.
Y, naturalmente, China.
Es verdad que fue el origen del problema, pero también que es de donde salen parte de las soluciones, con su producción masiva de mascarillas, respiradores y otros elementos que contribuyen a recuperar la salud. También donde parece que están más avanzados en la investigación sobre remedios y vacunas. China es el único país que comienza a hacer vida casi normal tras la epidemia, aumenta la ocupación hotelera y no se dan nuevos casos, y esa es una buena señal. Recordemos que allí viven 1.400 millones de personas, que su superficie es 20 veces la de España y que en nuestro país hay cinco veces más muertos que en China.
En el día 1 después de la crisis es el momento de apoyar a las oficinas de turismo, los patronatos, los hoteles, las líneas aéreas y los ferrocarriles, los turoperadores y las agencias de viajes y a todo el sector que mueve el turismo. Con el ritmo que sea y a los lugares que se pueda, los viajes seguirán adelante y los viajeros también. Sin prisa, sin pausa, con precauciones y reservas, el turismo volverá a nuestras vidas y ojalá no vuelva a irse nunca.