Muchos municipios turísticos no se libran de las dificultades para encontrar trabajadores. Las asociaciones estiman que los bares y restaurantes de muchos destina necesitan una cifra aproximada de 8.000 y 10.000 camareros para satisfacer la creciente demanda de turistas.
En concreto, un 90% de los establecimientos tienen carencias de personal, lo que está obligando a muchos de ellos a cierres parciales (determinados días) e incluso totales.
Muchos empresarios han cerrado porque no podía pagar el alquiler” al perder muchos clientes por un mal servicios a causa de no tener personal. “Los propietarios exigen condiciones más elevadas y prefieren un perfil turístico con el que obtener más beneficios y tener menos problemas”.
Al encarecimiento de la vivienda se suma el cambio “a nivel cultural de la idea del esfuerzo”, con gente que “no quiere trabajar en fin de semana y en vacaciones”, así como “la competencia desleal”, con “demasiados locales que no cumplen la ley”, muchos solo trabajan con dinero B, es decir no declaran ni la mitad de los ingresos, prácticamente solo lo que netrga con tarjetas de crédito, nunca lo efectivo. ¿Por qué el estado no actúa?