Nos adentramos en las tierras del silencio, un lugar donde en múltiples ocasiones un manto verde parece arropar a los pueblos noruegos. Un espacio donde las auroras boreales y los diferentes colores que las componen siguen sorprendiendo aún hoy en día hasta los más ávidos observadores que llevan persiguiéndolas durante decenios. Lofoten, el archipiélago de la provincia de Nordland se encuentra por encima del Círculo Polar Ártico, así como en un punto estratégico para contemplar estos magníficos acontecimientos naturales que se dan entre septiembre y marzo en el hemisferio norte del planeta. También conocidos en el hemisferio sur como auroras australes.
El cinturón de luz polar
En Lofoten viven justo debajo de la ‘aurora oval’, es decir, el cinturón de la aurora que marca una cinta de luz rodeando los polos geomagnéticos, y bajo la cual está la mejor oportunidad para ver el colorido y parpadeo de luces que crea. Si se desea maximizar las posibilidades de ver estos fenómenos debemos visitar el Centro PolarLight de Lofoten en Laukvik, donde te ilustran la situación a través de una presentación visual del fenómeno, con instrumentos específicos como un magnetómetro y con la posibilidad de utilizarlos en ese momento para poder salir a la calle y ver la aurora en el momento justo, así como un servicio de alerta vía SMS para avisarte de las luces polares mientras estás en Lofoten.
Temperatura anómala
Otra de las peculiaridades que enmarcan este sitio es la temperatura suave y agradable. El invierno debería ser muy extremo, con bajas temperaturas y con un paisaje congelado, y sin embargo la media se sitúa por encima de 0ºC durante casi todo el año. Esto es debido a la templada corriente del Golfo y se comporta como una de las mayores anomalías del planeta respecto a temperaturas. Para los amantes del vídeo y de la fotografía esto resulta muy interesante, puesto que no tienen que tener precauciones extremas con baterías y tarjetas como puede suceder en otros puntos más fríos del planeta.
Belleza insólita
Al otro lado del planeta, en el muro boreal, el archipiélago figura en el tercer lugar entre las islas más bellas del mundo, según la selección de múltiples expertos en turismo que han realizado para National Geographic Traveller, situándolo como un lugar de excelentes condiciones para la pesca, de grandes atractivos naturales y de inusitada belleza por sus pequeñas poblaciones emplazadas en lugares recónditos. Como si de una novela de Juego de Tronos se tratase o de una serie televisiva como Vikingos, al otro lado del muro nos encontramos con un espacio más salvaje y, en cierta medida, más bello y puro. Tan sólo imaginar la sensación de poner un pie en esta tierra polar ya nos empieza a evocar historia, fantasía y momentos de cine y televisión. A cada horizonte que se otea y a cada isla que se visita es prácticamente imposible no contemplar la magnitud de las cumbres puntiagudas que conforman esta atmósfera cargada de contraste y volumen de colores, paisajes del silencio y de la calma para grabar perpetuamente en la memoria. Entre los fiordos cabe destacar el Trollfjorden, un estrecho brazo con altas montañas que crecen directamente del mar y que corta casi 3 kilómetros de paisaje. En 1890, tras la batalla de Trollfjorden, el fiordo ha servido de inspiración para muchos artistas a lo largo de los años.
Vida dinámica
No cabe duda, uno de los archipiélagos del mundo te está esperando, tan conectado con la tierra como del océano, disfrutando de la naturaleza y del reino animal sobre la superficie del mar y bajo ella. Águilas marinas, focas y orcas suelen estar muy presentes en estas aguas árticas. Para los afortunados que puedan permanecer en estas tierras incluso por un muy breve periodo de tiempo existen actividades como el rafting, kayaking, senderismo, ciclismo, surf, buceo de profundidad o de superficie, esquí y las raquetas de nieve, así como también los safaris marinos o seafaris, donde podremos coger una lancha o un barco e ir en busca de este tipo de animales que frecuentan las islas. Puedes coger un kayak o un barco y salir de pesca para pasar junto a casas costeras y cabañas de pescadores o rorbuer, donde podrás dormir frente a los fiordos Vestfjord o Trollfjorden. La pesca continúa siendo en cierta medida el motivo por el que los oriundos de Lofoten viven aquí. Las islas son el sitio al que iban los pescadores de toda Noruega para la pesca abundante de bacalao en invierno. En este distrito de Noruega hay una excitante vida de las aves, transitada por cientos de especies a lo largo del año como los frailecillos y araos. La especie más grande e impactante de todas ellas es el águila de mar de cola blanca con una envergadura de 2’7 metros, aunque también se puede ver una versión más pequeña del águila real.
Historia y arte
En los museos y galerías se describe la vida cotidiana de los artesanos, pescadores y agricultores tradicionales, así como se han rehabilitado algunos asentamientos. Conocer el oficio de un soplador de vidrio, visitar las esculturas que pueden estar incluso dispersas por el paisaje de las islas o poder asistir a una creación pictórica. Aquí han existido importantes comercios y excavaciones arqueológicas que han puesto al descubierto el mayor cacicazgo de la época de los vikingos que se haya encontrado. Entre los museos más importantes nos encontramos con el museo vikingo Lofotr en Bøstad y los museos de panadería, de pescado noruego, y la fábrica de aceite de hígado de bacalao de Å en Sørvågen.
Mitología
Aurora es el nombre de la diosa romana del amanecer y Boreas es el nombre griego para el viento que llega del norte. A lo largo de la historia el norte de Noruega se ha visto envuelto por un halo de mito y misterio. Antaño los pescadores escandinavos creían que la aurora boreal era la luz reflejada de grandes bancos de arenque en el Mar. Otra superstición escandinava explica que la aurora boreal brillaba con la luz de las almas de las mujeres jóvenes, e incluso hasta tiempos hasta no hace mucho a los niños se les dijo ‘no’ a saludar a las luces con un pañuelo blanco o serían arrebatados por éstas.
Gastronomía
Para finalizar nuestra rápida visita con un buen sabor de boca a través de la cultura culinaria tradicional, el olor a bacalao, algas y mar os estimulará los sentidos. Viento, sol y lluvia son los causantes de dar sabor y conservar en perfecto estado a este pez noruego. De la misma manera también se cuida y se mima a la carne, cocinando reno y cordero en diferentes versiones como el Fenalår, el Pinnekjøtt, el Fårikål o el Smalahove, y con postres típicos como los panecillos de canela al horno de piedra o el Multekrem, un postre elaborado con moras de los pantanos y nata montada.
Cómo llegar y moverse por Lofoten
Hay vuelos diarios a los aeropuertos de Lofoten desde ciudades como Oslo que tienen conexión directa con España. La forma más sencilla de moverse por estas islas es viajar en coche, aunque también puedes moverte en autobús y bicicleta, así como puedes ir en barco entre las islas.
-Hay vuelos diarios todo el año entre los aeropuertos de Gardermoen (Oslo) y Harstad/Narvik (Evenes) (1h30min). En tren, puedes desplazarte entre Estocolmo/Gotemburgo y Narvik.
–LOFAST ofrece conexión por carretera (sin ferries) entre Noruega continental y las Islas Lofoten (2h30min). También hay autobuses públicos todos los días entre Narvik y Svolvær (vía Evenes), y conexiones entre diferentes puntos de Lofoten.
–Hay vuelos diarios todo el año entre el aeropuerto de Oslo y Bodø (1h30min)
El tren ofrece conexiones entre Oslo, Trondheim, Fauske y Bodø. Para obtener los horarios y realizar reservas, contacta con Ferrocarriles Nacionales Noruegos (NSB). Hay vuelos diarios todo el año entre Bodø y Lofoten. Entre Bodø y Leknes, Røst y Leknes, Bodø y Røst, y entre Bodø y Svolvær, puede volar con la compañía Widerøe.
– Hoteles recomendados: Anker Brygge Rorbu, Thon Hotel y Henningsvaer Bruggehotell en Vagan, y Best Western Lofoten Hotell en Vestvagoy.
