Valonia, en Bélgica, con su universo en torno a la malta y al lúpulo, se ha convertido en un territorio señalado por el viajero más ‘foodie’, dispuesto a dejarse seducir por una producción que supera las 500 variedades.









Valonia, en Bélgica, con su universo en torno a la malta y al lúpulo, se ha convertido en un territorio señalado por el viajero más ‘foodie’, dispuesto a dejarse seducir por una producción que supera las 500 variedades.