El placer de disfrutar de la carreteras más ‘slow’ de la Provincia de Burgos

Disfrutar sin prisas y sin reloj de un paisaje marcado por montes, valles, riberas y páramos o dejarse sorprender, descubrir bosques de encinas, hayas y robles o maravillarse con la cultura y el patrimonio artístico. Porque el objetivo no tiene que ser llegar a un destino, el destino puede ser el propio camino. Esos pequeños grandes placeres que dan el contemplar la vida de una forma más tranquila y relajada y mucho más es lo que ofrecen las conocidas como slow roads o carreteras lentas de la Provincia de Burgos, como son la N-623, conocida como La carretera de los Sueños, y la BU – 910, que discurre entre Aranda de Duero y Hacinas.carreteras La N-623: La Carretera de los Sueños

El propio nombre lo dice todo. Y es que la N-623 es una carretera que invita a soñar y a disfrutar de la paz y tranquilidad que respiran la naturaleza, el arte y el rico patrimonio existente en su recorrido, que comienza en la ciudad de Burgos y atraviesa el Páramo de Masa hasta llegar a Santander.

El Parque Natural de Hoces del Alto Ebro y Rudrón es el paraíso particular que encontrará quien esté dispuesto a dejar perderse en la Carretera de los Sueños. Cañones, hoces, gargantas y desfiladeros configuran el paisaje de este lugar tan especial. Todos ellos regados por el río Ebro, que hacen del parque uno de los parajes más bellos e impactantes de toda la Península Ibérica. A pesar de tener un cauce mucho menor, el río Rudrón vierte sus aguas sobre el llamado ´Pozo Azul´, un estanque natural que, por su poca profundidad y su exposición al sol, luce en sus aguas un impresionante tono turquesa.

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Hoces Alto Ebro y Rudrón

La ruta permite que pasemos de disfrutar de la naturaleza en su máximo esplendor a hacerlo de la arquitectura de principios del siglo XX en Arija, donde, además, el viajero podrá deleitarse con la gastronomía burgalesa, alimentando no solo el alma, sino el cuerpo. Un escenario perfecto además para la práctica de deportes acuáticos como el piragüismo o el ´kite surf´.

Y ya y casi para finalizar el recorrido, es imprescindible detenerse en el Valle de Valdebezana, al norte del territorio. Limítrofe con la vecina Cantabria, atesora dos grandes joyas del Románico: el Castillo de los Porras y la Iglesia de San Vicente de Villamezán.

La BU-910: Un paisaje lleno de contrastes

La carretera BU910, que comunica Aranda de Duero con Hacinas, o lo que es lo mismo, conduce desde la Sierra de la Demanda a la Ribera del Duero, ofrece al viajero un paisaje lleno de contrastes y la mezcla perfecta entre enclaves naturales de extraordinaria belleza, patrimonio cultural y encantadores pueblos.

Dos desfiladeros son los grandes protagonistas de este camino: por un lado, el del río Mataviejas, que llega hasta Castroceniza, y Ura, cautivando a todo el que lo ve por su belleza.

El otro es el desfiladero de la Yecla, uno de los paisajes que mejor representa los bosques de sabinas de nuestro país. Un recorrido que discurre en paralelo al río Arlanza, que riega quejigos, encinas y un característico bosque de riberas. Además, es posible disfrutar de diversas especies autóctonas de la zona, como lobos, corzos, nutrias, águilas perdiceras o buitres leonados.

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Además, el viajero se topará con una de las villas más conocidas de la provincia de Burgos: Santo Domingo de Silos. Con su monasterio benedictino, es una de las joyas del románico en la provincia, en la que destacan, además de su planta exterior, su claustro interior con capiteles en los que se muestran escenas de la vida de Jesucristo, entre otros temas.  Una imponente presencia histórico-arquitectónica, con casas de adobe sencillo con entramados de madera al aire, tan populares en toda la zona, y antiguas casonas nobiliarias, como la conocida como Casa Grande, es responsable de la huella medieval en la zona.

Otra de las villas en el entorno de esta carretera que bien merece una visita es Caleruega, considerado como uno de los pueblos más bonitos de España. El Real Monasterio de Santo Domingo del siglo XIII, el Torreón de los Guzmanes del siglo X o la iglesia parroquial de San Sebastián del siglo XII son algunas de sus joyas patrimoniales.

Y no podemos olvidarnos de Baños de Valdearados, donde destaca la villa romana descubierta en 1972, en la que se encontraron termas cuya agua provenía de la llamada Fuente de la Salud. La historia también se pone en valor  con la Ruta del legado romano y villas de la Ribera del Duero, que explora importantes vestigios del arte romano, con la antigua ciudad de Clunia Sulpicia como protagonista.

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