El coronavirus COVID-19 está causando estragos en los negocios de las aerolíneas y en el turismo mundial en general, que afronta también una serie de amenazas de otra índole.
La caída en bolsa en la semana que concluye ha sido sensible para compañías como Ryanair, con pérdida de un 7 por ciento de su valor, Easyjet, con un 7,2 por ciento, Lufthansa, con un 6,5 por ciento, y Air France-KLM, con un 7,4 por ciento, según reportaron medios de prensa.
El International Airlines Group (IAG), al que pertenecen empresas como Iberia, British Airways y Vueling, cayó un 8,5 por ciento.
El temor ante la propagación del COVID-19, de duración y alcance aún desconocidos, ha incidido en un desplome de las reservas en las aerolíneas, mientras que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) calcula que los ingresos en este sector se reducirán un 5 por ciento este año, con pérdida de unos 27.000 millones de euros.
La caída bursátil ha afectado también a operadores, hoteleras y otras entidades vinculadas con el turismo, como Meliá, NH, Amadeus, Edreams, Despegar,Tui, Booking, Expedia, Delta, United, Continental, Hilton, Wyndham y Marriott.
De acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de Turismo y Oxford Economics, la crisis del coronavirus costará unos 20.200 millones de euros al sector.
La presente coyuntura por el COVID-19 se une a otras amenazas que vaticinan una contracción en la industria del ocio, como la escasez de aviones por la crisis del Boeing 737 Max, catástrofes climáticas, quiebras de operadores y aerolíneas e inestabilidad política y desaceleración económica de los grandes mercados.
