Entre campanarios y espuma de mar, la provincia de Camagüey sorprende gratamente al visitante que se decide a recorrer el archipiélago cubano.
Justo en su mismo centro, como si emergiera del pasado, irrumpe la ciudad capital, con sus soberbios campanarios y la elegante longevidad de los edificios que un día fueron escenarios de la vida sociocultural en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe: una trama laberíntica de calles, callejones y plazas sin par en el Caribe, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 2008.
Pero para el visitante hay mucho más: cristalinas aguas y finas arenas doradas distinguen sus playas y cayos. Camagüey es la región con mayor cantidad de cayos e islotes del país y cuenta con más de 120 km de hermosas playas asociadas a las cayerías norte y sur de su territorio: 1 de cada 4 km de playas de Cuba, de acuerdo con los apuntes de la prensa local.
En el litoral norte se encuentra la cayería Sabana-Camagüey, lugar de tránsito y anidación de numerosas especies de aves migratorias. Cayo Romano, en particular, fue el escenario en el cual Ernest Hemingway se dedicó a buscar submarinos nazis durante la Segunda Guerra Mundial y a correrías de caza y pesca.
Al sur, la cayería Jardines de la Reina, un feudo natural exótico y salvaje, presenta abundantes arrecifes coralinos de amplia biodiversidad y algunas playas arenosas de poca extensión.
En todos los municipios de esa provincia cubana se han identificado atractivos para contribuir a impulsar la cadena de productos del sistema de turismo y de cualquier otro grupo de actores económicos que lo integran.
Como se ha caracterizado en recientes publicaciones de la provincia, son cerca de 8 000 quienes trabajan vinculados directamente al turismo en ese territorio que cuenta desde 2022 en ese sector, con un programa de ciencia y técnica, en función del desarrollo sostenible en esa esfera en la cual hoy se observa un crecimiento del mercado ruso, casi duplicado en lo que va de 2024 con respecto a 2023.