Enclavada en la comarca de la Marina Baixa, desde lo alto de un cerro y protegida por las montañas del interior, Altea se abre al mar desde las más hermosas bahías del Mediterráneo.
De tradición marinera, Altea sigue conservando su carácter de pueblo sosegado y tranquilo, con todo el encanto de los pueblos anclados en la tradición. Para conocerlo hay que olvidarse del reloj y callejear sin prisa, saboreando la belleza de cada rincón y descubriendo las muchas sorpresas que depara el paseo por el casco antiguo: las calles, empedradas y escalonadas, con reminiscencias medievales, se adornan con geranios y jazmines, los portales de madera y las rejas engalanan las blanquísimas fachadas de las casas y los miradores se asoman al mar.
Se puede comenzar la visita por la Plaza del Convento para acceder, por Pont de Moncau, al barrio de la Vellaguarda, un conjunto de calles empinadas y estrechas de adoquín con miradores y pequeñas glorietas. Llegados a la Plaza, centro cultural y de ocio de Altea, destaca la Iglesia de la Virgen del Consuelo y la interesante y colorista muestra de artesanía que se concentra alrededor. En lo alto, la cúpula de tejas de cerámica vidriada de azul y blanco, convertida en uno de los hitos visuales más singulares de la Costa Blanca, preside las vistas sobre la suave línea de la Bahía, delimitada por el Morro de Toix a la izquierda y por la Punta Bombarda a la derecha.
Descendiendo por cualquiera de las calles llegamos al mar, a la calle de San Pedro (Carrer Sant Pere) y al Paseo del Mediterráneo (Passeig del Mediterrani), las caras más modernas de la ciudad. Junto al casco urbano tenemos la Playa de la Roda, una de las más animadas de Altea y delimitada por un cuidado paseo marítimo en el que se suceden tiendas, heladerías, pequeños restaurantes y dos centros náuticos y de buceo que ofrecen sus servicios todo el año. Hacia el sur la mayor playa, la de Cap Blanch, se funde con la de Albir. Hacia el norte la Playa de Cap Negret, de gravilla, acaba en una pequeña cala de piedra negra llamada Cala del Soio, desde donde se contempla una bonita panorámica que abarca desde el Peñón de Ifach a la Punta Bombarda. Otra muy concurrida es la de L´Olla, frente a una islita de mismo nombre.
Precisamente la situación costera de la población es lo que la hace especialmente atractiva para los deportes náuticos. Altea cuenta con dos puertos deportivos, el de Campomanes y el del Club Náutico, y organiza una de las pruebas de invierno de vela más importantes de todo el Mediterráneo: las “200 millas a 2”, que hace el trayecto Altea-Ibiza-Altea.
Excursiones y Parajes
Saliendo del casco urbano, otros lugares de interés son el Forat, la Font del Runar y la Sierra de Bernia, con su font del Garroferet o la antigua fortaleza. A pocos kilómetros, el siempre bullicioso Benidorm o el incomparable entorno de Calpe y el Peñón de Ifach. Hacia el interior, cambiamos el azul y blanco de la costa por el de los cultivos de naranjos y las huellas del paso de varias civilizaciones en La Nucia, Polop, Callosa d´En Sarrià, Guadalest o Finestrat.
Desde la punta del Mascarat y enclavada en una bahía, Altea se hace hueco, entre el mar y la montaña, otorgando una imagen casi simbólica de la Costa Blanca. Con la cúpula azul y blanca de su Iglesia Parroquial, el municipio se extiende por un tosal que acaba en el mismo Mediterráneo.
Pequeñas y hermosas calas y playas se suceden por un litoral plagado del mismo encanto blanco que guarda su casco urbano.
Eventos
Las bandas de música tienen una importancia destacada en la Comunidad Valenciana. Son muchos los municipios y comarcas que organizan sus certámenes y festivales, pero entre ellos destaca el «Certamen Internacional de Altea», que se celebra durante el mes de noviembre y que ha alcanzado ya las 30 ediciones. Más de medio millar de músicos se dan cita con la competición como incentivo.
Un magnífico espectáculo de luz y sonido es el que tiene lugar en Altea la noche del segundo sábado de agosto. Una auténtica fiesta pirotécnica que se celebra en el Castell de l´Olla, con un castillo piromusical que acapara gran atención por su originalidad y belleza.
Altea, también cuenta con un magnífico auditorio donde es posible asistir a una variada programación de representaciones musicales y escénicas. Y alberga el Campus de las Artes de la Universidad Miguel Hernández. De este modo las facultades de Bellas Artes y Danza se ubican en la localidad. En un futuro está previsto que se instalen las de Historia del Arte, Ciencias y Artes Cinematográficas, Arte Dramático e Historia de la Música.
Gastronomía
Los productos del mar y de la huerta protagonizan la gastronomía alteana, con una rica y amplia variedad de platos. Entre los típicos, destacan los caracoles con cebolla, el «cruet de peix», los erizos y, como no, el arroz a banda o el «empedrat». Entre las especialidades de obrador destaca la coca a la lluma y la coca farcida.
MONUMENTOS
FORT DE BÈRNIA
Construido en 1562 bajo la dirección del ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli. Esta edificación tenía como objetivo la vigilancia sobre la población morisca, que se había sublevado en varias ocasiones. Fue desmantelado en 1612. Se trata de un recinto de planta cuadrada, con baluartes de planta pentagonal en sus cuatro vértices, con una construcción propia del Renacimiento.
Dirección
Está situado en la Sierra de Bernia y se accede por una senda que parte de Altea la Vella.
TORRE DE BELLAGUARDA
Esta torre formó parte de la extensa red de torres vigía que alertaba de las incursiones enemigas a la costa. Actualmente se encuentra rehabilitada.
Barrio Bellaguarda
TORRE DE LA GALERA
Esta construcción formaba parte de la red costera de torres vigía y actualmente forma parte de una propiedad particular. En este caso, es de planta circular y, con su restauración, se han incorporado elementos modernos.
Dirección
Urbanización Galera del Mar
PLAYAS
Desde la punta del Mascarat, Altea se abre en una amplia ensenada en la que pequeñas calas y playas se suceden hasta alcanzar el espigón del puerto que pone su límite con L´Alfàs del Pi, cuya playa cierra la ensenada a los pies de Punta Bombarda y el faro de Altea. La primera playa, de bolos y limpias aguas, se encuentra junto a la Marina Greenwich que cuenta con una atractiva oferta deportiva de centro de buceo, escuela de vela y alquiler de cruceros. Esta oferta la encontramos también en el puerto y en el club náutico.
A continuación, una playa de grava y una cala naturista dan paso a las más concurridas playas de l´Olla -de arena, bolos y roca- y Cap Negret -de grava- ambas con servicios. Finalmente al sur, junto al puerto, se encuentran dos playas urbanas de grava y aguas transparentes. Junto a su amplia oferta náutica, Altea cuenta con un club de golf ubicado en plena sierra Bernia que, a sus 9 hoyos, añade unas espléndidas vistas.
Es una continuación de la playa de Cap Negret que se extiende hasta el puerto pesquero. Es de grava y como el resto de playas del municipio sus aguas son muy limpias. Es una de las más animadas de Altea y está delimitada por un cuidado paseo marítimo en el que se suceden tiendas, heladerías, pequeños restaurantes y dos centros náuticos y de buceo que ofrecen sus servicios todo el año. Es una playa adaptada para personas con movilidad reducida.
En los acantilados de la costa norte de Altea se suceden bellas calas de difícil acceso. La Solsida es una recoleta cala natural muy apreciada por los nudistas. Para acceder a ella hay que recorrer a pie un buen trecho por un camino rocoso.Es una diminuta cala de bolos y aguas limpias desde la que se contempla una bonita panorámica que abarca desde el Peñón de Ifach a la Punta Bombarda.
La Punta del Mascarat y el dique norte de la marina deportiva forman una protegida ensenada excelente para el baño. La playa es de bolos, sus aguas son limpias y en las proximidades hay buenos fondos para los aficionados al buceo.