¡Bienvenidos al XVII Festival Internacional Vive la Magia de León! Sin perder la ilusión ni tampoco las ganas, este año regresa la magia a una ciudad hecha para ella. Histórica, legendaria; un lugar de rincones maravillosos donde albergar cualquier tipo de truco.
Vuelve un año más inundar de esperanza la capital leonesa, dirigido por dos de los grandes ilusionistas del mundo: Juan Mayoral, en la dirección artística y Huang Zheng, en la escénica. Bajo estrictas medidas de seguridad, #LaCulturaEsSegura – reducción de aforos y puesta en marcha de todos los protocolos de higiene- para y por el bienestar de los amantes de la magia que se acerquen a León entre el 25 de diciembre y el 1 de enreo, este evento ciudad de carácter familiar contará con más de 500 espectáculos; shows únicos a nivel mundial llevados a cabo por casi un centenar de artistas.
¿Un mago nace o se hace?
“Yo siempre digo, al igual que Calderón de la Barca, que somos actores en el Gran Teatro del Mundo”. Un mago, ¿nace o se hace? Según Juan Mayoral, “nacemos con un papel adjudicado y tenemos que interpretarlo lo mejor posible a lo largo de nuestra vida, debemos ser brillantes en nuestra representación y dar lo mejor de nosotros mismos en los planos físico, mental y espiritual”. Los mejores magos del mundo se dan cita en un evento único donde, incluso ellos mismos, se dejarán ilusionar “con las cosas pequeñas, las que tocan el corazón: La Navidad, Papá Noel, Los Reyes Magos, una burbuja de jabón, la inocencia de los niños… y especialmente cuando te miran tras hacerles un truco y ellos saben que tú eres un mago y que la magia sí existe”. Esto es lo que ilusiona a un ilusionista.
Juan Mayoral es uno de los grandes ilusionistas del mundo en cuanto al desarrollo de espectáculos mágicos e interpretación de los mismos y también uno de los inventores de juegos mágicos más destacados a nivel mundial. Uno de los más grandes magos que se conocen y que también busca su propia magia: “Nunca me sentiré un mago de verdad mientras haya niños que se mueren de hambre… Por supuesto hace falta muchas para que se transformen las mentes de los dirigentes y sean capaces de cambiar armas por alimentos, medicinas y educación. Eso va muy unido a la ilusión de alcanzar metas y objetivos en nuestras vidas”.
