Ubicado entre los flancos áridos de las pardas y suavizadas montañas tibetanas, el lago sacro Yamdrok ilumina con luz propia cuando el sol resalta el turquesa de sus aguas. A 4.500 m de altura y entre el camino de Lhasa a Gyantse se encuentra este lago, uno de los tres grandes del Tíbet con 638 km² (conocido en la región como lago Xian, ‘lago de Jade’ o ‘lago del Cisne’) y donde puedes contemplar una de las más bellas panorámicas entre yaks y mastines tibetanos: las nieves perpetuas de las montañas adyacentes y un espectáculo único en los meses de otoño e invierno, cuando comienzan a llegar las aves migratorias y tintan el paisaje de tonos blancos.
Según la mitología local el lago Yamdrok es la transformación de una diosa, así como se dice que es el guardián del sexo femenino del budismo en el Tíbet, por lo que cada año muchos devotos llegan hasta aquí como peregrinaje.