Desde siempre se ha dicho que Albacete es una ciudad de paso, pero eso se ha interpretado mal. No es una ciudad por la que pasar y seguir, es de paso porque siempre ha sido un cruce de caminos, un lugar de encuentro en las rutas entre Andalucía y Levante, entre la meseta y el litoral. Eso, en realidad, le da en parte su grandeza. No es casual que la ciudad contase con ferrocarril desde 1855, apenas siete años después del primer tren en España y que todavía hoy, en…
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