Un suceso natural increíblemente bello está a punto de suceder.
Hallerbos, “El bosque azul”, es el área forestal más importante y extensa entre Zenne y Zoniën, en la región de Flandes (Bélgica). Un favorito de la multitud gracias a la hermosa alfombra morada de campanillas que florecen alrededor de mediados de abril.
Tras los meses invernales, en la parte sureste del bosque o keldergat los árboles sobrantes de la tala para madera descansan junto a los senderos. A partir del 1 de marzo y hasta el 30 de junio se produce el cese del tiempo de extracción de madera, llamado schoon -que viene del alemán schoen (‘guardar’, ‘proteger’)-, para así preservar la vegetación primaveral y no molestar durante el anidamiento de las muy numerosas aves.
A finales de abril las campanillas silvestres ‘hyacinthoides non-scripta’ florecen y el bosque se torna a un azul-morado que se compagina con el alegre verde y fresco de las hojas de los hayas. Tanto los niños -con caminatas educativas- como los mayores pueden aprender y disfrutar a través de este bosque repleto de hayas jóvenes, campanillas azules, sequoias y falsos lirios, pudiendo encontrarse ciervos, conejos, ardillas, búhos, diferentes setas y los pinzones reales que viajan hacia el norte una vez se acerca la temporada estival y han visto saciado su hambre gracias a los hayucos del invierno.
Entrado mayo el tiempo mágico empieza a desvanecerse. El bosque de hayas empieza a crecer, las ramas a hacerse más fuertes y las hojas de estas a tapar los vitales rayos de luz que descansan sobre las flores. Hasta aproximadamente el primer fin de semana de mes podemos tener la suerte de ver la estampa pictórica que produce el preciado manto azul, por lo que se pide encarecidamente, tanto previamente como en este momento, respetar los senderos oficiales para no pisar las campanillas y que se creen claros sin vegetación.
*Recomendación: caminar por el sendero Achtdreven que se encuentra en la meseta central del bosque y en medio del área de campanillas.
