La oficina de turismo de la ciudad de Kyoto, Kyoto City Tourism Association (KCTA), ha lanzado una campaña en la que invita a los ciudadanos del mundo a redescubrir los valores ancestrales de la antigua capital imperial: la compasión, la pureza, el sentido del espacio personal y la belleza minimalista, más actuales y necesarios que nunca, para conectar con el sentido del bienestar que ofrece esta hermosa urbe nipona.
Esta campaña, titulada «The Kyoto Promise: Enhace your Well-Being”, repasa algunos de los aspectos culturales más arraigados en la cultura de Kyoto, que tienen como eje la proverbial hospitalidad japonesa, y que se reflejan en diversas prácticas que hoy se han convertido en parte fundamental de la vida de millones de personas.
La pulcritud y la limpieza, la conexión con los espacios exteriores, las aguas y los jardines, el equilibrio ornamental y las líneas depuradas, y la importancia del espacio personal son los protagonistas de este video, que profundiza en el valor espiritual de estas prácticas y tradiciones que forman parte de la vida de Kyoto desde hace cientos de años.
Purificación y equilibrio: el legado del bienestar de Kyoto
En el video se insiste en la naturaleza orgánica y espiritual de estos rituales que, a diferencia de otros países occidentales y orientales, no han sido adoptadas recientemente, sino que son la columna vertebral de la sociedad de Kyoto y su sentido de la hospitalidad.
Estas costumbres cotidianas impregnan muchas otras tradiciones locales y nacionales, desde los baños termales a la ceremonia del té, pasando por la meditación, la decoración, el ikebana, la purificación con agua a las puertas de los templos o en las casas, o las diversas expresiones artísticas locales.
«The Kyoto Promise: Enhace your Well-Being” es también una invitación a la sanación del alma, purificando el cuerpo y la mente. Se trata de encontrar el equilibrio en un momento de gran complejidad para la humanidad, explorando lugares llenos de belleza y paz, como los templos, santuarios y jardines de Kodaiji, Heian Jingu o los icónicos pasillos de Torii de Fushimi Inari Taisha; los espacios dedicados al termalismo (onsen), los apacibles bosques de bambú; o las estancias de las machiyas, casas tradicionales reconvertidas en pintorescos alojamientos, como Gion Hatanaka, Hiiragi o Sowaka. Todos lugares mágicos y encantadores, que esperan sosegadamente a que los viajeros vuelvan para reconectar con ellos.