Situado en el punto sur de la península de Arabia y rodeado por el Mar Rojo y el Océano Indico, Yemen es en un destino turístico incomparable, una tierra llena de belleza y tesoros.
Sus paisajes, realmente incomparables por la diversidad que abarcan (costa, desierto, meseta o montaña), hacen que destaque sobre los demás países árabes. Limitando al norte con Arabia Saudí y el desierto de Rub al Khali, y al este con el Sultanato de Omán, Yemen, considerado como la cuna del Reino de Saba y bautizado por los romanos como “Arabia Felix” (Arabia feliz), formó parte de la antigua ruta del incienso que atravesaba la península y que contribuyó a dar al país prosperidad y poder.
Indudablemente es un país para viajeros alejados del turismo masivo y ávidos por descubrir un destino de contrastes, desde las mesetas situadas a más de 2.000 metros, donde se puede disfrutar de preciosas terrazas de campos fértiles y barrancos, pasando por pueblos situados a alturas vertiginosas. Un fascinante paisaje montañoso que aparte de invitar a caminar invita a detenerse unos momentos. Calles sinuosas nos llevan al impresionante mundo montañoso del país en el que los profundos cañones, las grandes montañas y los oasis se turnan para tejer el paisaje.
Yemen nos ofrece paisajes tan impresionantes como el famoso Wadi Hadramaut, un oasis fluvial subtropical situado en el sur del 
país y que abarca unos 165 km. de este a oeste, o los tres museos al aire libre que son tres de sus ciudades reconocidas como patrimonio de la UNESCO: Sana’a, capital del país, con una increíble combinación de los distintos estilos arquitectónicos yemeníes; Shibam, ciudad apodada como “el Manhattan del desierto” por sus increíbles rascacielos de adobe (en menos de medio kilómetro cuadrado podemos encontrar más de 500 edificios de cinco a siete pisos de altura); y, por último, Zabid, ciudad cultural por excelencia, sede de una de las primeras universidades de la historia y cuna de la base del álgebra moderna.
A parte de lo mucho que tienen que mostrar sus 18 provincias (llamadas gobernados), cabe destacar las tres islas pertenecientes a Yemen: Kamaram, Perim y Sokotra, ésta última famosa por tratarse de una isla paradisíaca e incorrupta en el Golfo de Aden, abierta al turismo desde hace poco tiempo. Sus aguas poco profundas invitan a bucear e impresionan por su riqueza en corales y variedad de peces. En la isla hay especies de animales y de plantas únicas en el mundo, como el famoso árbol de dragón, del que sale un líquido rojo al arañar la corteza que, según dice la leyenda, es considerado sangre de dragón.
