En el año 2008 la familia Martín Rodríguez, ligada al sector agroalimentario desde hace cuatro décadas, se planteó el reto de producir aceite de oliva virgen extra en Valladolid, una provincia con escasa tradición olivarera. Entonces, su director técnico, Jesús Aparicio, se decantó por un páramo situado en la localidad de Medina de Rioseco, un lugar con unas condiciones perfectas para sembrar olivares de la variedad arbequina. “Pensamos que el clima castellano daría a esta aceituna matices herbáceos y maduros, así como un picor difícil de encontrar en otras zonas”.…
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