El país tiene escondidos pequeños rincones cargados de color que, gracias a las policromáticas prendas de los niños, ganan aún una mayor fuerza visual, como en la foto que lo ilustra, en el área de Sanyung Bungebing. Estas telas son las llamadas pagne o kanga, sedería africana hecha con telas wax –de algodón 100% con un recubrimiento de cera–; tejidos de tacto duro a los que hay que dar un baño de vinagre y sal para que se fijen los colores y el tejido coja esa textura suave que hace que se pueda vestir con soltura. Estos colores vivos tienen su origen cuando en el s. XIX, en la época colonialista, los holandeses se llevaron a ghaneses a las batallas en Indonesia, donde se prendaron de los coloridos tejidos asiáticos.

Texto y foto: Marcos Cifo




