Del turismo que visitó a España en el año 2019, el 20% llegó por ocio con una motivación cultural. Si se tienen en cuenta además todos los viajes donde se realizaron actividades culturales de algún tipo, el porcentaje alcanza el 42%.

Los desplazamientos motivados únicamente por intereses de esta índole originaron un gasto de alrededor de 15.350 millones de euros, lo cual representa el 19% del desembolso total de los viajeros internacionales por razones de ocio, según datos del Ministerio de Cultura.
Esas cifras evidencian hasta qué punto la oferta cultural es un atractivo para la llegada de viajeros, especialmente de aquellos pertenecientes al segmento de alta gama, con un mayor interés por esas propuestas y, por tanto, de mayor calidad. “El lujo debe entenderse de diferentes maneras, no solo como alto poder adquisitivo, sino también como satisfacción sensorial e intelectual, que creo que es lo que podemos aportar desde el mundo de la cultura”, comentó la presidenta de la Fundación Joan Miró, Sara Puig, durante la mesa redonda La cultura, fuente de inspiración y aliada del turismo de alta gama, organizada por la Asociación Española del Lujo-Luxury Spain.
El presidente de la Fundación Picasso, José María Luna aseguró que colocarse en ese panel de oferta cultural a nivel internacional es tremendamente beneficioso. Esaa categoría, apuntó el experto, no solo es ventajosa económicamente para las pinacotecas, sino que tiene un importante impacto en su entorno desde muchos puntos de vista. “Tiene unos frutos económicos, tangibles, que estamos viendo, pero también hay otros intangibles, como el intercambio cultural con la comunidad, que son fundamentales para el desarrollo de una sociedad”, aseguró Luna, en referencia al intercambio de experiencias entre locales y turistas.
Para Ignacio Suárez-Zuloaga, de la Fundación Zuloaga, es indispensable que la marca España se oriente en esa dirección. “Igual que en Francia se habla de sofisticación, tenemos que conseguir que, cuando se hable de turismo, el sinónimo de cultura sea España”, insistió. Un concepto en el que no solo se engloban las pinacotecas, sino también la gastronomía, la música, o el cine.
En los próximos dos años, el turismo será sobre todo local o de media distancia, vaticinó Suárez-Zuloaga, lo que, a su juicio, hará florecer a los organismos más pequeños. “Al disminuirse el rango de oferta cultural porque no se puede viajar tan lejos, ciertos museos, que antes pasaban inadvertidos, empezaran a tener más protagonismo y a valorarse más”, sostuvo. Aquellos destinos que cuenten con una oferta interesante para los turistas de alta gama podrán recuperarse antes.
A pesar de que la pandemia promovió la digitalización del sector cultural y muchos expertos abogan por el formato híbrido, no es una amenaza para el turismo, ya que “a pesar de que el mundo digital se ha vuelto loco innovando y considerando opciones, no se ha encontrado la experiencia que se equipare a visitar una exposición en el mundo real”, sentenció el director general de la Fundación Foto Colectania, Pepe Font de Mora.




