Objeciones diversas se interponen en las intenciones de la aerolínea Iberia de comprar a su competidora Air Europa, en plena quiebra técnica, inmersas ambas compañías en un complicado proceso de negociaciones.
La inyección financiera de 475 millones de euros concedida por el Gobierno a la aerolínea de Globalia implican condiciones que Iberia considera difícil de aceptar de cara a su eventual gestión de Air Europa en caso de concretarse la adquisición.
El Ejecutivo español podría nombrar a dos consejeros, autorizar operaciones estratégicas y despidos, y consensuar decisiones con el consejero delegado.
La precaria situación económica de Air Europa, además, prácticamente descarta su capacidad de hacer frente a la deuda contraída por la ayuda pública concedida y que debe ser pagada en un plazo de seis años.
La empresa también obtuvo en mayo pasado un préstamo de 140 millones de euros avalado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), por lo cual su deuda con el Estado tras el rescate alcanzará los 615 millones de euros.
Tal adeudo tendría que ser asumido por Iberia, en tanto los propietarios de Air Europa son renuentes a reducir sus pretensiones económicas en las negociaciones de compra al punto al que aspira la compañía del International Airlines Group.
Las pérdidas de la aerolínea de Globalia ante la segunda ola de covid-19 se estiman en unos 600 millones de euros, según señalan medios de prensa, y si no puede reembolsar los préstamos, el Estado podría convertirse en accionista mayoritario.
