Hondarribia, la deseada

Txingudi. Bahía de Txingudi, donde confluyen mar, río y montaña. Cantábrico, Bidasoa y Jaizkibel. Razón poderosa, pero no única, para una visita. Se trata de una bahía, a la orilla del río Bidasoa, conformada por la localidad francesa de Hendaya y las guipuzkoanas de Irún y Hondarribia, localidad desde donde se obtienen las mejores vistas.

Casas de la Marina, Hondarribia © Bidasoa Activa

Texto: Araceli Viqueira

Sumando razones para visitar Hondarribia/ Fuenterrabia/Onyarbi, una ciudad de leyenda, no se puede  ignorar su pasado histórico ni su, aún presente, vinculación con el mar. Pese a que el número de embarcaciones que faenan haya descendido notablemente, Hondarribia puede alardear de tener cofradía de pescadores desde el s. XIV; lo que la convierte en la  más antigua de España y, probablemente, del mundo. Aunque en la actualidad  se haya trasladado la sede a la zona del Puerto deportivo, la cofradía de San Pedro, cuya imagen se mantiene en la fachada de la antigua sede, se ubicó a pocos pasos del mar, en lo que hoy se conoce como el barrio de la Marina. Allí vivían también los arrantzales que, utilizando el sobrante de la pintura con la que protegían sus barcos, lucían sus casas que hoy son un colorido reclamo turístico al que se añaden las docenas de bares y restaurantes instalados en sus bajos . Es es el lugar de ocio en el que se dan cita hondarribitarras y visitantes quienes deben descubrir la casa Zeria, la edificación mas antigua (1575) , la hermandad de pescadores , pequeño local en que se siguen sirviendo comidas y en el que antiguamente se teñían las redes , entretenerse contando balconadas y contraventanas de madera , asomarse al antiguo muelle donde está varado  el ultimo barco de madera de su flota pesquera (el Mariñel) o, sencillamente, dejarse llevar por el impulso y disfrutar de la belleza de lo sencillo.

Entrada a la muralla y hachero, Hondarribia © Bidasoa Activa
El merlucero Mariñel ( marinero) ha sido restaurado y permanece en el muelle. © Bidasoa Activa
Casa Zeria © Bidasoa Activa.Un siglo después de su construcción, la casa Zeria acometió una reforma para dedicarse a la restauración. Durante el transcurso de los trabajos se encontraron en los cimientos restos de una ballena. Parte de ellos se conservan en la entrada del restaurante

Es sólo una de las múltiples  razones para “alardear” que tiene esta ciudad a la que otorgó esa condición Felipe V. Las relaciones con Francia son hoy cordiales y vascos y franceses pasan de un lado a otro de la”muga” usando una pequeña “navette”  que cruza diariamente el río Bidasoa cada pocos minutos. Buena relación que facilita que  España y Francia compartan semestralmente la titularidad de la Isla de los Faisanes ,por la que siglos pasados rivalizaban los pescadores españoles y franceses.  Sin embargo, a lo largo de la Historia, Hondarribia, que apenas si era una pequeña isla amurallada, fué ambicionada por los franceses que la asediaron hasta en 9 ocasiones. Las huellas de esos combates se ven en las marcas que más de un millar de cañonazos dejaron en  los muros del Castillo de Carlos V, hoy parador nacional y que, en realidad,  construyó Sancho Abarca de Navarra para,  siglos después ,ser ampliado y reforzado con muros de 3 metros por el emperador Carlos V .

Parador Hondarribia © Bidasoa Activa. La red de paradores gestiona este establecimiento por lo que salvo que se esté alojado en el mismo no se podrán contemplar los detalles de la época que aún se conservan. Una manera de hacerlo es accediendo a la cafeteria que ocupa un pequeño espacio de la planta inferior

La vecina iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano estaba preparada no sólo para el culto, sino también para la guerra como lo demuestran los restos de la muralla que la unía a la fortaleza, los contrafuertes defensivos con sus ventanas santeras  o el paseo de ronda con los correspondientes  “matacanes”. Las actuales vidrieras relatan sin palabras la historia de Hondarribia, que cambio su curso tras la invasión de 1638. La luz que por ellas entra dificulta imaginar que la oscuridad fuera la razón  que impidiera que la pequeña figura trifacial de la Santísima Trinidad situada de  la bóveda situada bajo el coro. Esta casualidad,  la ha convertido en la única de la península ibérica y de las pocas de Europa.

Parrokia, Hondarribia © Bidasoa Activa.
El nombre completo de la parroquia es Nuestra señora de la Asunción y del manzano, en referencia a los árboles que poblaban el monte Jaizkibel y de los que obtenian sidra que daban a los combatientes con el convencimiento de que les aportaba fuerza

El Alarde de Hondarribia,  que se celebra  cada 8 de setiembre , conmemora  la retirada de las tropas francesas en 1.638. Desde entonces, solo la guerra y, recientemente, la pandemia han impedido que los hondarribitarras cumplan con el voto hecho a la Virgen de Guadalupe, a la que se le atribuye la victoria y  hasta cuyo santuario se procesiona. Este alarde  ha generado debates sobre la conveniencia de que las mujeres mantengan su presencia exclusivamente en su papel de cantineras y los hombres sigan siendo soldados.

Hacheros, Hondarribia © Bidasoa Activa.
Los hacheros encabezan el alarde cada año. Con su vestimenta , los zapadores evitaban ser identificados en la distancia por las tropas enemigas que les confundian con ovejas

La belleza natural de la ciudad la ha convertido en reclamo turístico. Además de las casas de pescadores atraen la atención del visitantes las innumerables villas, en su inmensa mayoría casas particulares .Para suerte de los visitantes, Villa Magalean se ha transformado en hotel boutique, conservando el encanto original y añadiendo las comodidades más actuales.

 

DÓNDE ALOJARSE

 

VILLA MAGALEAN

Cruzar su puerta es adentrarse en el mundo del sosiego al abrigo de los tonos blancos que cubren las paredes, las claras maderas de los suelos ,los ocres de las moquetas o los grises en los textiles.  Es, definitivamente estar al abrigo del regazo ( Magalean, significa en euskera en el regazo, cobijo).Una recepción abierta desde la que se accede a las escaleras rematadas en forja e iluminadas con vidrieras diseñadas específicamente para el hotel . Piezas únicas, exclusivas, se alternan con delicados bouquets florales que le imprimen carácter de hogar a un hotel que suma al valor del descanso los del relax y gastronomía.

Exterior villa magalean, Hondarribia © photographe christophe bielsa.
La red de paradores gestiona este establecimiento por lo que salvo que se esté alojado en el mismo no se podrán contemplar los detalles de la época que aún se conservan. Una manera de hacerlo es accediendo a la cafeteria que ocupa un pequeño espacio de la planta inferior

Como toda Hondarribia, la historia de este hotel también tiene vínculos de “consanguinidad” con Francia. Sus propietarios , franceses, crecieron pasando inolvidables veranos en esta localidad guipuzkoana .Tanto la quisieron ,ellos y sus antecesores ,que cayeron rendidos a sus encantos y a sus gentes y ,así ,hace apenas un lustro , cambiaron su “modus vivendi” entregándose  a dota rel establecimiento con altos estándares de calidad . Rústica, organismo al que pertenece y que selecciona los mejores hoteles con encanto , no admitiría menos. Ocho habitaciones, todas distintas y cada una de ellas con nombre propio.

El nombre de la Villa era Albertine, nombre que mantiene el salon de lectura . Los propietarios, con la participación de del arquitecto Iñaki Biurrun, la han transformado en Villa Magalean © photographe christophe bielsa

A penas a unos metros del mar sus habitaciones disponen de balcón o terraza. A escasos 5 minutos de la zona histórica ,se escucha el tañir de las campanas de la iglesia,  mientras los pájaros revolotean por la terraza del wine bar a la que, con buen tiempo, se acercan los hondarribitarras que ya han descubierto este nuevo remanso de paz. Lograr este resultado  ha sido fruto de un empeño personal  que siempre ha priorizado mantener las características originales de la villa a la que se añadió más espacio para dar a cada una de las habitaciones un lujoso cuarto de baño con ducha, bañera e , incluso, bidet.

habitacion hotel villa magalean, Hondarribia © christophe bielsa photographe

Conviven en armonía ménsulas, piedras talladas , suelos hidráulicos , balcones con forja, incluso en los pasillos y ventanas. Muchas ventanas, hasta 5 en cada habitación, aportan ese ambiente acogedor a las 8 habitaciones que reciben nombres tan locales como Getaria, Pasajes o Peñas de Aya ( localidades próximas); La Marina ,Guadalupe, Jaizkibel, Baluarte de la Reina (enclaves de Hondarribia) y Belharra ( denominación que juega con el doble significado de hierba en euskera y de ser una zona de surf en la localidad francesa de San Juan de Luz).

Los guiños vasco-franceses prosiguen en el pequeño spa Henriette, nominado así en honor a Madame Henriette Cornu, primera esteticién de Hondarribia y esposa del poeta vasco Fernando Artola “Bordari”,  con la que la abuela de la propietaria mantuvo una estrecha amistad. Como es de imaginar el spa trabaja con productos franceses que proporciona la firma Cinq Mondes.

bodega villa magalean, Hondarribia

Esa complicidad se prolonga hasta Mahasti Gastronomic Wine Bar que dispone de un centenar de referencias de vinos y sus correspondientes añadas, muchos de ellos franceses, con los que maridar los platos de su cuidado menú. Cuatro propuestas distintas al año, una por temporada, en las que priman la materia de calidad. El de este 2022 es el primero  de los menus que ha elaborado, por iniciativa propia, Markel Ramiro, alumno aventajado de la primera promoción del basque Culinary Center .Sería imposible no encontrar pareja de vino en esa sala presidida por la bodega. Uno de los retos es ofertar menús de maridaje cuatrimestralmente entre los que no faltan caldos  de la bodega Clos Marsalette, de la que también son dueños los propietarios del hotel .

comedor villa magalean, Hondarribia © photographe christophe bielsa

Mientras debaten la conveniencia de retomar los brunch ofrecidos la temporada pasada , han instaurado  una carta de cocteles . Una buena idea es sentarse a la mesa  con una copa de Mahasti wine aperitive, un coctel ligero y aromático en el que conviven armoniosamente el licor de bergamota, el sirope de pera y un blanco godello.

Chef Markel Ramiro, villa magalean, Hondarribia © christophe bielsa photographe

La calidad llega a los platos  , en el caso de las alcachofas y espárragos de temporada, desde la cercana Tudela . El pescado procede de los puertos de Hondarribia, Pasajes o San Juan de Luz ; la proximidad de Iparralde permite embutidos lleguen de esta zona, aunque el jamón llega de Salamanca.  Imprescindible una visita a este establecimiento al que se llega con altas expectativas y se sale con el convencimiento de que se han visto superadas.

plato villa magalean, Hondarribia © Amanda Jandula

A la dura competencia en  restauración solo sobreviven los mejor preparados. Villa Magalean, y toda su oferta, lo está.

 

Imperdibles en Hondarriba:  

Casco Viejo : Allí está la entrada principal, la puerta de Santa María , el ayuntamiento, Palacio Zuloaga, ambos del S.XVIII, el castillo de Carlos V y frente al el,  la plaza de armas

Barrio La Marina : Es ahí donde se concentra la mayor parte de casas coloridas que se han convertido  en la típica imagen de la localidad .

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