Hace mas de un año se pronosticaba que las entidades bancarias se pondrían a vender todo tipo de viajes e incluso telefonía móvil, todo para aumentar mas aun sus grandes beneficios.
En concreto, Caixabank, ya aliada con la muy desprestigiada, pero potente Booking, ha iniciado las pruebas de vender este tipo de productos turísticos en sus oficinas de mayor tamaño en Baleares, de momento solo con viajes a Disney, que en función de su éxito barajan ampliar a otro tipo de destinos de un precio mayor al de estancias de corta distancia, como pueda ser la larga distancia.
La banca ha decidido dar este paso ya que son frecuentes las consultas que reciben sobre la financiación de los viajes, y ahora quiere aprovechar cuando un cliente les pregunte para ofrecerles la colocación directa del paquete y aprovechar así su fuerte red de distribución minorista.
Los habituales límites de la tarjeta de crédito para pagos de más de mil euros obligan en muchos casos para viajes de un precio superior al contacto con el banco para autorizar el abono, en una puesta en conocimiento de los operarios bancarios de esta información que pueden aprovechar para la colocación de otros bienes más allá de los financieros que acostumbran.
Las entidades financieras llevan tiempo abriéndose a la venta de otros productos, de igual modo que las agencias de viaje también vienen apostando por ampliar su oferta más allá de las estancias turísticas.
Los bancos cuentan como fortaleza que disponen de la máxima confianza de sus clientes, ya que al permitirles la custodia de su bien material más preciado como es el dinero, tienen una capacidad de persuasión bastante mayor que la de otros dedicados al comercio minorista.
La irrupción de la banca en la venta de viajes amenaza con una revolución en la comercialización de productos turísticos, al abrirse un nuevo canal de venta minorista que rivalizará con las agencias y confirma la tendencia de ampliar la oferta de productos en cada actividad que cuente con un local físico de venta.
